Un nuevo paradigma de Desarrollo Social es posible

Alfredo Álvarez Ramírez*

De acuerdo a los datos oficiales del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), 2016, en México existen 53.4 millones de pobres, lo que equivale al 43.6% del total de habitantes, de ellos, 9.4 millones están en pobreza extrema. Por otro lado, 50.6% de la población en México, que equivale a 62 millones de personas, tiene ingresos por debajo de la línea de bienestar, es decir, son insuficientes para comprar la canasta de alimentos, bienes y servicios básicos.

Al respecto, los datos de CONEVAL, 2016, para el estado de Colima arrojan que el 33.6% de la población se ubica en situación de pobreza, es decir 3 de cada 10 colimenses. Mientras que el 2.6% de la población se ubica en pobreza extrema, lo que equivale a que 19,300 colimenses sufren tres o más carencias sociales y además no tienen un ingreso suficiente para adquirir la canasta alimentaria.

Al revisar los datos históricos, desde 1990, encontramos que las cifras nos brindan una tendencia cada vez más hacía la desigualdad social, por lo que podemos afirmar que el saldo de la implementación de políticas públicas de corte neoliberal ha servido para hacer de México una fábrica de pobres. Hay que decirlo, políticas publicas instruidas por instituciones extranjeras como el Banco Mundial (BM) o el Fondo Monetario Internacional (FMI) con la finalidad de subordinar al Estado mexicano con el fin de reducir el gasto social y acelerar las privatizaciones en beneficio de las transnacionales como lo hemos visto a lo largo de casi 30 años.

Ante este este panorama, donde prima la grave desigualdad social y económica, el pasado 14 y 15 de abril contamos con la visita en Colima de la propuesta de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), para la Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL). Durante ambos días, María Luisa Albores González nos acompañó en una agenda nutrida e intensa por los municipios de Colima, Tecomán, Armería, Villa de Álvarez y Comala. En este último municipio se visitaron dos comunidades indígenas: Suchitlán, y Zacualpan. La visita a las comunidades originarias adquiere un simbolismo especial, tanto para los pobladores como para la misma Albores en su calidad de futura encargada de la secretaría de desarrollo social, dada la experiencia de lucha de las comunidades frente a megaproyectos, el visitar al primer territorio reconocido por un Tribunal Agrario como “territorio libre de minería”, implica escuchar la voz de los habitantes como sujetos sociales y políticos activos que enfrentan los altos costos de las políticas extractivas y de muerte que supone el modelo económico neoliberal, -desde la organización y las instituciones comunitarias-, dando muestras de que es posible hacer política desde abajo. Hasta ahora este hecho ha sido inédito, dado el funcionamiento vertical de las instituciones estatales, en el que se desperdicia la experiencia social de los pueblos, en el que sus demandas y sus preocupaciones no son tomados en cuenta en la agenda institucional.

Como parte de la agenda, en Colima se tuvo un evento con la Red de Agrónomos 1824 que dirige la ingeniera Esmeralda López, ahí María Luisa explicó el reto de transformación que requiere la SEDESOL para un nuevo paradigma, es decir, dejar de administrar la pobreza mediante el asistencialismo –como ha venido haciendo con el neoliberalismo y cambiarlo por un enfoque que parta desde los sujetos sociales, valorando las opciones productivas con las que se cuentan desde las comunidades/localidades para con ello trabajar desde ahí. Dicho enfoque es posible, ya que no primaria el enfoque puramente económico, sino que se toman el eje social-cultural y el ambiental para desde ahí empoderar a los habitantes de manera integral y transversal en conjunto con otras secretarias. Un programa concreto para ello y una de las primeras acciones es la reforestación de 50,000 hectáreas en el estado con árboles frutales de la región.

Después, se tuvo una visita a Tecomán, donde se evidenció las condiciones en las que viven los campesinos y campesinas. En Armería visitó el litoral, también amenazado por la privatización de nuestras playas, recordemos que Colima cuenta con el 142 kilómetro de playas, lo que equivale al 1.3% del total nacional.

María Luisa lo tiene claro, no hay una varita mágica para cambiar el saldo de 30 años de políticas neoliberales que han desmantelado al Estado, pero lo que sí es seguro es su capacidad y experiencia, pues ella trabaja y es fundadora de la cooperativa TOSEPAN con presencia en la Sierra Norte de Puebla, conformada por 35,000 integrantes de comunidades y ejidos. Lo que significa un ejemplo vivo de otras formas de organización que ya son posibles de gran escala.

Personalmente la visita de Albores en Colima me permitió conocer de cerca su forma de sentir y pensar, vi en ella una gran voluntad por transformar la realidad, una mujer comprometida por la defensa de la vida, inteligente, que asume con orgullo la identidad indígena, por ello me alegra coincidir con personas como ella, sensibles ante la desigualdad social y con la capacidad para sacar adelante el compromiso histórico con los más pobres y despojados de este país: los pueblos originarios. Reconozco en AMLO esa cualidad de estadista de altura al designar perfiles idóneos con capacidad probada para las diversas secretarias de gobierno.

Estoy convencido que votar por #Morena es elegir un modelo alternativo de nación, sin corrupción y donde la dignidad humana este por encima del poder y el dinero. Nos toca a nosotras y nosotros hacerla valer, comprometernos y hacer historia, si deseas participar y cuidar una casilla contáctame. Construyamos en comunidad ese otro México posible.

Abierto al diálogo de saberes, nos encontramos en twitter como: @alfred_alva.

*Economista, especialista en ciencias del ambiente y maestro en Desarrollo Rural por la Universidad Autónoma Metropolitana.

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